LIMPIEZA Y MANTENIMIENTO DE MOLDES Y AUDÍFONOS.
La limpieza:
Una cosa que todos los audífonos tienen en común es que nunca se deben limpiar con agua o cualquier otro tipo de líquido. Se debe secar la superficie con un paño suave, mientras que la salida del sonido, la apertura del micrófono y el canal de venting se limpian con las herramientas correspondientes que se reciben junto con el audífono. El cerumen es el enemigo número uno de su audífono. Incluso una cantidad muy reducida de cerumen puede provocar que el audífono no funcione. Un audífono situado en el canal auditivo estará, como es natural, en contacto con cerumen, y por ello, es necesario limpiarlo muy a menudo y del modo correcto. Debido a que puede haber cerumen y suciedad en cualquier parte del audífono, sería una buena idea controlar el audífono cada vez que este salga del oido. La limpieza deberá ser una rutina diaria al igual que cepillarse los dientes.
El canal del venting: El modo de limpieza del canal del venting depende de si el audífono es intracanal o CIC, al igual que las agujas de limpieza también son distintas. La aguja de limpieza del audífono CIC tiene una aguja corta y otra larga. La más larga tiene una bolita en el extremo y puede ser utilizada para limpiar el canal del venting. Primero se abre el portapilas y se retira la pila. Se coloca el audífono boca abajo de manera que el compartimiento de la pila quede hacia abajo. De este modo el cerumen puede sacarse del audífono por esta vía. Después, se introduce la aguja de limpieza en el canal de venting, en este caso se debe utilizar una aguja de limpieza muy larga.
La apertura del micrófono: En los audífonos CIC se utiliza el extremo corto de la aguja de limpieza para quitar el cerumen que se ha acumulado alrededor de la apertura del micrófono en la tapa del portapilas. Se abre la tapa de nuevo y se introduce la aguja de limpieza a través del orificio desde dentro. Esto se debe hacer por la noche, después de haber utilizado el audífono. En los audífonos intracanales, sólo se debe limpiar la apertura del micrófono con un paño suave o con el cepillo que se recibe al adquirir el audífono. Nunca se debe introducir nada en la propia apertura del micrófono, ya que esto podría provocar daños a los componentes electrónicos